• Mensaje de Fin de Año 2013 - Fundación Música para la Vida

    San Cristóbal 21 de diciembre del 2013

    Ha transcurrido un año, 5 meses, 14 días y algunas horas desde aquella primera reunión del 7 julio del 2012, donde por primera vez, Dios, nos llamaba a cada uno a formar parte de este hermoso proyecto musical. Durante este corto tiempo se han dado pasos importantes que deben llenarnos de alegría, pues hasta los momentos hemos sido consecuentes con ese si que a Dios le dimos por aquellos días.

    Hoy, estamos nuevamente reunidos y mejor aún, pues nos acompañan nuevos amigos y hermanos, que hemos conocido en este sendero y a quienes en algún momento Dios ha llamado también a acompañar, apoyar y fortalecer este proyecto.
    En este nuevo recorrido, cortesía del nuevo año que pronto comenzará con la gracia de Dios, es necesario compartir algunas reflexiones:

    1. No nos fatiguemos nunca de sembrar.

    Sembrar no es plantar, cuando plantamos ya hay vida pues se trata de una planta con raíces, tallo, hojas e incluso flores y frutos. Cuando sembramos, debemos tener presente que dependemos de muchos factores para que surja la vida, como el clima, la tierra, la semilla y el cuidado del sembrador, etc. Para el sembrador, cada semilla es como una esperanza que deposita en un huequito en la tierra o esparce en el campo a la espera de un buen fruto. Es lógico que como humanos queramos siempre apurar las cosas, la ansiedad o la impaciencia nos ganan y a veces podemos abandonar el campo, su cuidado y por tanto perder la esperanza de una nueva vida.
    Cada uno de nosotros está siendo llamado constantemente a ser sembrador de vida, en nuestras relaciones familiares, de amigos, de trabajo y especialmente a través de la música. Pero debemos ser pacientes, mantenernos firmes en la fe y en la esperanza, no olvidar que el sembrador siempre estará al servicio de Dios y dispuesto a acudir en cualquier momento, circunstancia o condición con alegría al llamado, pues el tiempo de él es perfecto.
    Como todos nosotros en algún momento nos desempeñamos como sembradores, debemos animarnos mutuamente y ayudarnos en los momentos difíciles. En necesario saber que no debemos estar removiendo la tierra todos los días para ver si ya está germinando la semilla, saber que no debemos excedernos en los cuidados, pues podríamos acabar con la vida de la futura planta, pero tampoco podemos abandonarla luego de haber hecho apenas el primer trabajo de sembrar.

    Reflexionemos, ¿Cuantas veces hemos comenzado algo, hemos sembrado una idea, nos hemos comprometido con alguien, nos propusimos tal o cual tarea, damos el paso inicial, es decir, esparcimos la semilla y entonces abandonamos el campo?

    2. Mantengámonos firmes a través de la oración

    Esta tarea a la cual fuimos llamados nos exige mucha oración, tiempo, dedicación, constancia, preparación, responsabilidad y un largo etcétera, pero también nos llena de alegría, de paz, de gozo, porque podemos alabar y glorificar a Dios en cada eucaristía y en cada lugar donde hay enfermedad, tristeza, desesperanza y necesidad de Dios. Nos estamos formando cada día para evangelizar a través de la música, para arrojar la red del otro lado de la barca, para ser esa barca que espera en la orilla dispuesta a transportar a Jesús, para ser instrumentos de su amor, de su paz, de su alegría y de su mensaje de vida. La única forma que tenemos de mantener nuestra barca flotando y listas para cuando Dios lo quiera es a través de la oración. En este sentido, debemos recordar que orar no es solo repetir fórmulas como un lorito por solo cumplir diariamente. Orar, es hablar con Dios en todo momento del día, pero también es estar dispuestos a participar en el diálogo, porque muchas veces nuestra oración se vuelve unidireccional, olvidando que Dios también nos habla a través de personas, lecturas y múltiples formas más, incluyendo el silencio.

    3. Vivamos el evangelio

    La madre Teresa de Calcuta en una oportunidad le preguntaron que era evangelizar y ella respondió: “Evangelizar es tener a Jesús para dar a Jesús”, y ahora, tendríamos que preguntarnos cómo sería evangelizar con la música, a lo que responderemos, ayudándonos de las sabias palabras de la madre Teresa con algo así como: Evangelizar con música es, tener a Jesús, para dar a Jesús a través de cada uno de nuestros roles, como director, compositor, arreglista, profesor, instrumentista, estudiante u oyente de música.
    Debemos dejar que las enseñanzas de Jesús penetren nuestras vidas cada día más, debemos preguntarnos siempre ¿Qué haría Jesús ante nuestras mismas situaciones?, debemos poner en práctica sus palabras desde todo enfoque, y especialmente, hacerlo desde nuestro rol de músicos de Dios. No olvidemos que a través de la música, podemos construir puentes para acercar a Dios a nuestros hermanos sin importar su raza, religión, sexo, edad, condición, lugar, día o fecha. Reflexionemos al respecto y pongámonos en manos de Jesús para que sea él quien obre en nosotros, para que sea él quien hable, piense y accione nuestras vidas en pro del prójimo.

    4. No nos dejes caer en tentación

    Nuestra vida siempre estará acompañada de las tentaciones y como músicos, son muchas las que tocarán nuestra puerta. Cuando cantemos mal, el reproche o el desánimo seguramente aparecerán. Cuando cantemos bien, el orgullo o la vanidad nos aplaudirán para que nos vanagloriemos, en lugar de alabar a Dios. Cuando nos busquen para tocar en tal o cual espacio, o en la liturgia, la avaricia puede surgir en todo su esplendor para desviar nuestra atención que siempre debe ser Dios y no el dinero. En nuestras clases también aparecerán las tentaciones, cuando sintamos que el profesor nos prestó menos atención que al compañero, cuando pensemos que el profesor no tiene la razón, cuando juzguemos a un compañero porque lo hizo mal, o porque él lo hace mejor y nos llenemos de envidia, o cuando la flojera se apodere de nosotros al estudiar y no queramos repasar, hacer los trabajos o incluso aprender a leer una partitura.

    Son muchas las ocasiones en que seremos tentados, incluso, ahora mismo, cada uno puede estar siendo seducido por algo que desvíe su atención de estas palabras y es que al enemigo, no le interesa que los músicos tomen sus guitarras, sus tambores, sus cantos y salgan a la calle, a la iglesia, a la escuela, a la plaza, dentro y fuera de casa a alabar a Dios, a ser puente con la música entre Dios y los hombres, a transmitir mensajes de amor, de paz, de alegría y de solidaridad a todos aquellos que encontremos en el camino siguiendo el ejemplo del buen samaritano.

    La invitación es a afrontar las tentaciones para nuestro bien, pero para ello debemos estar muy despiertos y con nuestras lámparas encendidas para aprovechar las tentaciones y templar el espíritu.

    5. Jesús dijo, una casa dividida va a la ruina

    Queremos invitarlos a unirnos más, a fortalecer nuestros lazos y enriquecer este proyecto musical de Dios. Es una invitación a formar parte de una comunidad de músicos católicos, que no tiene fecha de caducidad, ni tiempo de estudio, pues el tiempo lo establecerá el señor para cada uno de nosotros. Somos la iglesia peregrina y queremos cantar, fuerte y alto, mientras peregrinamos, pero debemos hacerlo juntos y con la participación de nuestras familias y amigos a quienes también podemos invitar a formar parte.
    Es por ello que conviene preguntarse en este momento, que nos trajo a este encuentro con la música, conviene preguntarnos si llegamos aquí para buscar la fama o la eternidad y también es necesario preguntarnos si estamos dispuestos a darnos sin medida a través de la música para Dios.
    Nuestro trabajo apenas esta germinando, y cada uno de nosotros esta llamado a seguir trabajando en la viña, pues el señor está constantemente buscando nuevos trabajadores y no descansa ni de día ni de noche. Nuestro trabajo debe formar raíces profundas y duraderas que serán la base fuerte de nuevos trabajos, de futuros frutos de generaciones y todo lo que hagamos debemos hacer solo por amor, esperando que el dueño de la viña esté conforme con nuestro trabajo, sin pensar en nuestra recompensa.

    Bendito y alabado sea Dios nuestro señor.

    Que Dios y la Virgen María los bendigan por siempre.

    Con mucho aprecio.

    La familia de Fundamusica

  • 1 comentario:

    1. Bellas palabras¡
      Agradecida estoy con Dios por permitirme conocerlos.
      Dios seguirá bendiciendo esta noble iniciativa.
      Feliz y Venturoso Año 2014¡
      Un abrazo¡

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